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4. Las Tareas de Entrenamiento
Las “Situaciones Simuladoras Preferenciales” expuestas, y que configuran la sesión de entrenamiento, se organizan y estructuran a través de las tareas. De esta manera, “la tarea es una situación simuladora del juego, modificada y/o aceptada para incidir sobre determinados aspectos de nuestros jugadores y equipo que deseamos mejorar” (Roca, 2007: 11). El mismo Roca nos dice que la tarea está compuesta por un contenido (uno o más ejercicios) y por unas condiciones que acompañan su realización, como por ejemplo, el número de repeticiones, la intensidad, el descanso, las consignas a respetar en su ejecución, etc. La semejanza de todos estos componentes con el juego determinará el nivel de especificidad de la tarea.
Tareas de carácter genérico. La naturaleza y la organización de la carga son totalmente diferentes a la manifestada en competición. Por ejemplo para un futbolista en el período de transición, mejorar su resistencia realizando una excursión en mountain-bike.
Tareas de carácter general. La naturaleza y la organización de la carga es algo parecida a la observada en competición, pero la toma de decisión es nula. Un ejemplo, es realizar un Fartlek sin balón en el campo de fútbol.
Tareas de carácter dirigido. La naturaleza y la organización de la carga, se asemeja a la observada en competición. Incluyen elementos coordinativos específicos y toma de decisiones inespecíficas. Por ejemplo, un circuito técnico donde se incluya el balón con los elementos que conforman la fuerza; saltos, lucha, carreras con frenos y cambios de dirección, y golpeo a porteria.
Tareas de carácter especial. La naturaleza y organización de la carga es parecida a la de la competición. La toma de decisión es específica. Por ejemplo, un juego de posesión de balón de 4x4 con 3 comodines.
Tareas de carácter competitivo. Son aquellas que están compuestas por contenidos competitivos. Por ejemplo, un partido de 8 contra 8 con porteros, desarrollando principios tácticos concretos (demarcaciones habituales de los jugadores).
Índice de Especificidad de las Tareas
Tareas de carácter genérico
Índice de especificidad
Resistencia
0,3
Fuerza
0,4
Respecto a la orientación de las tareas de entrenamiento hacia la fuerza o la resistencia, Roca (2007) nos dice que la “fuerza dirigida” es un paso intermedio y de gran importancia para el traspaso de la fuerza general a fuerza específica. Estas deben incluir, según el mismo autor, ejercicios dinámicos que impliquen las manifestaciones de la fuerza (saltos, desplazamientos, lucha y chuts) que facilitarán cubrir las exigencias de los objetivos que se pretenden al mismo tiempo que hay un control exacto sobre aquellas (n° de repeticiones, series, recuperación, etc.). También se deben introducir aspectos cognitivos de toma de decisiones para darle un carácter más interrelacionado a la tarea.
Por otro lado, Roca (2007) plantea en relación a este Modelo que la Fuerza/Velocidad Especial y la Fuerza/Velocidad competitivas, deben trabajarse porque son la base en la que se sustenta la metodología integral. Es un proceso basado en la especificidad en que se consiguen crear las adaptaciones propias del deporte en cuestión. Las acciones reflejan todas las manifestaciones de la fuerza relacionadas íntimamente con los aspectos técnico- tácticos y psicológicos del fútbol. Se pueden denominar también como “Fuerza de Juego”
En cuanto a las “tareas dirigidas” orientadas a la resistencia, Roca (2007) plantea que, una vez asegurado que se puede aguantar las exigencias físicas de un partido, estas deberán ser acompañadas de la técnica y aspectos tácticos.
En cuanto a las tareas especiales con orientación a la resistencia, estas deben trabajarse porque su contenido recrea muchas de las situaciones tácticas que se dan en el juego, tanto a nivel individual como colectivo.
Finalmente, las “Tareas de Competición” orientadas a la resistencia, suponen el fundamento del entrenamiento integrado. El jugador debe entrenarse en esas circunstancias que va a encontrarse en la competición desde todos los aspectos del juego (táctico, técnico, físico y psicológico) y esto lo deberá hacer desde la especificidad de su puesto de juego, con las interacciones que ello representa con sus compañeros y atendiendo a los principios y sub-principios (comportamientos generales y específicos del Modelo de Juego) (Roca, 2007).