1.- Nacimiento de la ciudad y transformación en puerto.
La ciudad de Constitución fue fundada el 18 de junio de 1794, y llamada originalmente como Villa Nueva Bilbao de Gardoqui, por orden del entonces Gobernador Don Ambrosio O’higgins; la parte que le corresponde a “Nueva Bilbao” en el nombre del asentamiento proviene del origen vasco de uno de los fundadores y principal promotor del desarrollo de astilleros aprovechando el entorno fluvial de esta parte de la región , Don Santiago de Oñederra, mientras que lo de “Gardoqui” fue un tributo al Ministro de Carlos V, Diego de Gardoqui quién se encargó de firmar el decreto fundacional.
La nueva villa contó inicialmente con 64 pobladores entre quienes se distribuyeron las 2.800 cuadras asignadas por las autoridades. Por ser uno de los principales defensores de la fundación de la Villa, Oñederra fue nombrado Procurador General de la Villa, además de ostentar el cargo de subdelegado.
Duros fueron los primeros años de Nueva Bilbao, y esto se debió fundamentalmente a dos grandes razones, primero por el hecho de ser el Maule un río frontera que marcaba el límite de la provincia de Santiago y la de Concepción, no convenía instalar allí un puerto, ya que quedaría muy lejos de las Capitales Provinciales y esto obligaría a crear una nueva jurisdicción administrativa lo que habría significado destruir el orden tradicional de la Colonia; y segundo, porque Nueva Bilbao llegaba a convertirse en puerto, lo que le haría contar con vía fluviales expeditas desde el interior, lo que le restaría fuerza comercial a Valparaíso y Talcahuano ya que un hinterland creado mediante vías acuáticas es más estable que el establecido a través de otras redes.
El año 1828 marcó un hito importantísimo en la Villa. Su antiguo nombre de Nueva Bilbao fue cambiado por el de Constitución en conmemoración de la Carta Fundamental promulgada precisamente ese año. Junto con ello, el congreso constituyente le otorga la categoría de Puerto Mayor.
Constitución mantuvo su categoría de Puerto Mayor por espacio de 55 años, es decir, hasta 1883, cuando ya la barra , con su creciente embaucamiento y constantes cambios, unidos a los progresos de la navegación a vapor y la construcción de barcos de mayor calado, marcó la decadencia del tráfico naviero a gran escala y de la actividad comercial que había caracterizado la vida de Constitución por más de medio siglo.
Esta etapa de la vida de Constitución fue una de las más brillantes y progresistas de la ciudad; el tráfico naviero fue creciendo rápidamente y conjuntamente con ello la ciudad se fue poblando con inmigrantes provenientes de diversos puntos del mundo que se instalaron en el pujante puerto, dándole gran auge al comercio y generando trabajo para muchos maulinos.
En esta época Constitución fue escenario de hechos importantes en la historia de la Marina Mercante Nacional, es así como en el puerto nace la “Compañía Nacional de Vapores”, primera sociedad anónima naviera de Chile fundada por comerciantes de Valparaíso y armadores del Maule el 10 de Octubre de 1864.
Esta compañía se dedica al servicio entre Constitución y Valparaíso, para lo cual compró el vapor “Huanay”, embarcación de 336 toneladas de registro y que había sido construido en Estados Unidos. La suspensión del servicio entre 1865 y 1866 producto de la guerra entre España y Chile trajo problemas de capitalización para la empresa con sede en Constitución, debiendo trasladar la sede de la organización a Valparaíso, donde operó hasta 1872, fecha en que fue absorbida por la “Compañía Chilena de Vapores” y que más tarde formó la “Compañía Sudamericana de Vapores”.
Durante los años del Puerto Mayor los astilleros desarrollaban una gran actividad, construyéndose innumerables embarcaciones de todas las especies: lanchas, buques, vapores y los famosos “faluchos”, conocidos en toda la cosa del Pacífico por su solidez y resistencia. Constitución construye navíos para el norte y centro del país, como así también para Ecuador, Perú y México.
Embarcaciones construidas en los astilleros maulinos alcanzaron hasta San Francisco de California, transportando aventureros y productos de la zona central del país, necesarios en el país del norte para alimentar y mantener a los miles de hombres que llegaron a esa zona, deslumbrados con la ilusión de fortuna que produjo la fiebre del oro en 1848.
Este hecho produjo una suerte de “fiebre especulativa y comercial” que no dejó a Constitución al margen. Los nuevos pobladores de California necesitaban alimentos, y los comerciantes y armadores chilenos vieron que proveyéndoselos por la vía marítima, podrían hacer fortunas tal vez mayores a las que pudieran obtener lavando oro en los ríos californianos.
Fue así como todo el trigo y la harina que pudiera obtenerse fue llevada a los puertos de Talcahuano y Constitución, que pasaron a convertirse en los principales puertos del Pacífico para exportar tales productos. Este hecho, trajo consigo la instalación de nuevos molinos junto al Maule y entre ellos, los más activos y modernos fueron los que funcionaron en Constitución accionados por la fuerza del vapor.
En esta época Constitución fue el principal puerto exportador de productos agrícolas de la zona central del país, pese a todos los problemas derivados de la geografía del Maule. En esos años la ciudad comprendía una extensión cercana a las 300 cuadras, en las cuales se levantaban 600 casas; las calles estaban ripiadas y sus veredas enladrilladas; hay dos plazas, la de Armas y otra situada en el sector oriente . Existen 30 calles, y 2 templos: la Matriz construido frente a la plaza de armas en 1857 y la Capilla San Francisco. Destacan entre los edificios el de las Escuelas Públicas frente a la Plaza de Armas y el Hospital. También se encuentran en el inventario de edificios de aquellos años un Teatro con capacidad para 600 personas, y tres hoteles principales, dando cuenta de la incipiente actividad turística que marcará el desarrollo de la ciudad en los años venideros.
Una serie de factores vulneró en forma irreversible el desarrollo de Constitución de aquellos años basado en el tráfico del río Maule durante la segundad mitad del siglo XIX.
En 1835 el maremoto y terremoto que asoló la zona centro-sur de Chile redujo a escombros la villa y destruyó los astilleros. La ley de navegación de 1836 obstaculizó la matrícula de naves que pertenecían a extranjeros, numerosos de los cuales vivían en Constitución. También repercutieron los impactos de la guerra de Chile contra la Confederación Perú-Bolivia (1837-1839), países para los cuales se construían navíos, y la de España (1865-1866).
Impactos más directos, vulnerables y duraderos para el desarrollo de Constitución y el tráfico del río Maule fueron el puente ferroviario sobre el río en la zona central (1876) y el tendido de la línea ferroviaria desde Talca, a partir de 1889; como el puerto estaba inhabilitado para que atracaran naves de gran calado, el ferrocarril le redujo la carga, favoreciendo a Talcahuano y Valparaíso.
Una nueva adversidad se produjo en 1883 cuando Constitución perdió su condición de puerto mayor, básicamente a raíz del embacamiento de la barra de la desembocadura, que produjo variados naufragios y marcó el fin de la navegación de grandes embarcaciones por el río Maule.
Otro factor con la doble lectura de los avances tecnológicos ocurrió en 1902 cuando el ferrocarril llegó hasta la localidad de Maquehua en la orilla norte del río. Otra secuela negativa se generó en 1910 (Constitución tenía 8.873 habitantes) cuando concluyó el servicio regular de vapores fluviales. El golpe definitivo sucedió en 1915 al inaugurarse el puente Banco de Arena y con ello la llegada del ferrocarril a Constitución. El desde ahora “puerto menor” sólo mantuvo su condición de balneario.