Perfilado de sección

  • Primera Dama de los Estados Unidos

    Papel como Primera Dama

    Cuando Bill Clinton asumió el cargo como presidente en enero de 1993, Hillary Rodham Clinton se convirtió en la Primera Dama de los Estados Unidos, y anunció que ella iba a utilizar ese formato de su nombre. Ella fue la primera Primera Dama en poseer un título de posgrado y en tener su propia carrera profesional hasta el momento de entrar a la Casa Blanca. Ella también fue la primera en tener una oficina en la Ala Oeste de la Casa Blanca además de las usuales oficinas de la Primera Dama en la Ala Este.Ella era parte del círculo más íntimo calificando los nombramientos a la nueva administración, y sus opciones ocuparon a lo menos once posiciones de alto nivel y docenas más de bajo nivel. Ella es considerada como la esposa presidencial más abiertamente apoderada en la historia estadounidense, con excepción de Eleanor Roosevelt.

    Man, same woman, and teenage girl walk across lawn after leaving a helicopter
    La familia Clinton llega a la Casa Blanca a bordo de Marine One, 1993.

    Algunos críticos dijeron que era inapropiado que la Primera Dama desempeñara un papel central en materia de política pública. Los señalaron que el papel de Clinton en la política no era diferente de la de otros asesores de la Casa Blanca y que los votantes eran muy conscientes de que ella iba a desempeñar un papel activo en la presidencia de su marido. La promesa de la campaña de Bill Clinton de «dos por el precio de uno» llevó a los opositores a referirse despectivamente a los Clinton como «co-presidentes», o a veces con la etiqueta originaria de Arkansas, «Billary».Las presiones de ideas conflictivas sobre el papel de una Primera Dama fueron suficientes para enviar a Clinton a tener “discusiones imaginarias” con la también políticamente activa, Eleanor Roosevelt.nb Desde el tiempo que ella llegó a Washington, ella también encontró refugio en un grupo de oración de The Fellowship que contaba con muchas esposas de figuras conservadoras de Washington. Provocada en parte por el fallecimiento de su padre en abril de 1993, ella públicamente trató de encontrar un síntesis de enseñanzas Metodistas, política filosófica liberal religiosa, y la «política de sentido», del editor Michael Lerner de la revista Tikkun, para superar lo que ella veía como «la enfermedad durmiente del alma» de Estados Unidos y eso daría lugar a la disposición «para remodelar a la sociedad mediante la redefinición de lo que significa ser un ser humano en el siglo veinte, mudándose a un nuevo milenio». Otros segmentos del público se enfocaron en su apariencia, cual evolucionó con el tiempo de inatención a la moda durante sus días en Arkansas, a un sitio popular en los primeros días de la red mundial dedicado a mostrar sus muy diferentes, y frecuentemente analizados, peinados como Primera Dama, a una aparición en la cubierta de la revista Vogue en 1998.

    Asistencia sanitaria y otras iniciativas políticas

    Encuestas de opinión favorables y desfavorables de Hillary Rodham Clinton, de Gallup, 1992-1996   favorable   desfavorable   no opinión

    En enero de 1993, Bill Clinton nombró a Hillary Clinton al frente del comité sobre la Reforma Sanitaria Nacional, con la esperanza de replicar el éxito que ella tuvo en dirigir el esfuerzo para la reforma educacional de Arkansas. Ella urgió privadamente que se le diera alta prioridad a la aprobación de la reforma de asistencia sanitaria que al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) (que también fue poco entusiasta acerca de los méritos del tratado). La recomendación del task force se hizo conocida como el plan de asistencia sanitaria Clinton, una propuesta comprensiva que requeriría a los empleadores proveer cobertura sanitaria a sus empleados a través de organizaciones individuales de mantenimiento sanitario. Sus opositores rápidamente ridiculizaron el plan como “Hillarycare”; algunos manifestantes en contra del plan se convirtieron hostiles, y durante una gira de autobús de julio de 1994 para conseguir apoyo para el plan, fue a veces forzada a ponerse un chaleco antibalas. El plan no recibió el apoyo suficiente para un voto en la cámara baja o en el senado, aunque los demócratas controlaban ambas cámaras, y la propuesta fue abandonada en septiembre de 1994. Clinton luego admitió en su libro, Living History, que su inexperiencia política contribuyó parcialmente a la perdida, pero mencionó que muchos otros factores también fueron responsables. Los índices de aprobación de la Primera Dama, cuales habían estado en el rango de los altos-50 por ciento durante su primer año, cayeron a 44 por ciento en abril de 1994 y 35 por ciento en septiembre de 1994 Los republicanos hicieron el plan de asistencia sanitaria Clinton un tema principal en la campaña para las elecciones de medio término de 1994, y vieron una ganancia neto de cincuenta y tres bancas en la elección de la cámara y siete en la elección del senado ganando el control de ambas; muchos analistas y encuestadores encontraron que el plan fue un factor principal en la pérdida de los demócratas, especialmente entre los votantes independientes. La Casa Blanca posteriormente se encargó de restar la importancia del papel que tuvo Hillary Clinton en dar forma a la política. Opositores de asistencia sanitaria universal continuarían usando “Hillarycare” como una etiqueta peyorativa para planes similares por parte de otros.

    Same woman reads a book in a classroom to an African American boy in her lap, as an African American girl and two adults look on
    Clinton le lee a un niño durante una visita a una escuela

    Junto con los senadores Ted Kennedy y Orrin Hatch, Hillary Clinton fue una fuerza detrás de la aprobación del State Children’s Health Insurance Program (Programa de Seguro Médico para Niños del Estado) en 1997, un esfuerzo federal que proveía asistencia del estado para niños cuyos padres no podían proveerles cobertura médica, y llevó a cabo esfuerzos de extensión en nombre de matricular a los niños en el programa una vez que se convirtió en ley. Ella promovió la inmunización a escala nacional en contra de enfermedades infantiles y animó a las mujeres mayores a hacerse una mamografía para detectar el cáncer de mama, con la cobertura proveída por Medicare. Ella buscó con éxito aumentar los fondos para la investigación para el cáncer de próstata y el asma infantil en el National Institutes of Health. La Primera Dama trabajó en investigar reportes de una enfermedad que afectaba a los veteranos de la Guerra del Golfo, cual luego se dio a conocer como Síndrome del Golfo. Junto con la Fiscal general de los Estados Unidos Janet Reno, Clinton ayudó a crear la Oficina de Violencia contra la Mujer en el Departamento de Justicia. En 1997, ella inició y guio la Adoption and Safe Families Act (Ley de Adopción y Familias Seguras) cual ella consideró como su mayor logro como Primera Dama. En 1999, ella fue instrumental en la aprobación de la Adoption and Safe Families Act (Ley de Adopción y Familias Seguras), cual duplicó fondos federales para adolescentes llegando a la edad límite para hogares de guarda. Como Primera Dama, Clinton organizó numerosas conferencias en la Casa Blanca incluyendo sobre Cuidado de los Niños (1997), sobre el Desarrollo y Aprendizaje en la Temprana Edad (1997), y sobre Niños y Adolescentes (2000). Ella también organizó la primera Conferencia de la Casa Blanca sobre Adolescentes y la primera Conferencia de la Casa Blanca sobre Filantropía. Clinton viajó a 79 países durante este tiempo, superando el límite de Primera Dama que ha viajado más, sostenido por Pat Nixon. Ella no poseía una autorización de seguridad o atendía juntas del Consejo de Seguridad Nacional pero desempeñó un papel de poder blando en la diplomacia estadounidense. Un viaje de cinco naciones en marzo de 1995 a Asia del Sur, a instancias del Departamento de Estado de los Estados Unidos y sin su marido, trató de mejorar las relaciones entre India y Pakistán. Clinton estaba preocupada por la difícil situación de las mujeres con las que se encontraba, pero encontró una cálida respuesta de la gente de los países que visitó y obtuvo una mejor relación con el cuerpo de la prensa norteamericana. El viaje fue una experiencia transformadora para ella y presagió su carrera eventual en la diplomacia. En un discurso de septiembre de 1995 antes de la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer en Pekín, Clinton argumentó con mucha fuerza contra las prácticas que abusan de las mujeres alrededor del mundo y en la República Popular de China, declarando que «ya no es aceptable discutir los derechos de la mujer de forma separada de los derechos humanos». Delegados de más de 180 países la escucharon decir: «Si hay un mensaje que resuena adelante de esta conferencia, que sea que los derechos humanos son los derechos de la mujer y que los derechos de la mujer son derechos humanos, de una vez por todas». Al hacerlo, ella resistió tanto a la administración interna y la presión china para que suavizara sus comentarios. Ella fue una de las figuras internacionales más destacadas a final de los años 1990 en hablar en contra del tratamiento de las mujeres afganas por el talibán, un grupo fundamentalista islamista. Ella ayudó a crear Vital Voices (Voces Vitales), una iniciativa internacional patrocinada por los Estados Unidos para promover la participación de las mujeres en el proceso político de sus países. Eso y las propias visitas de Clinton animaron a mujeres en hacerse escuchar en el proceso de paz de Irlanda del Norte.