Léxico disponible
La léxico-estadística es la ciencia que se encarga de contabilizar y dar a conocer el uso real del lenguaje (tanto oral como escrito) en ciertas temáticas, en un grupo común de hablantes, o bien, de los hablantes pertenecientes a una región geográfica determinada (Gutiérrez, 2008). Entonces, por medio de esta ciencia es posible saber, medir, conocer el léxico de cierto grupo de personas. Al principio la léxico-estadística obtenía la frecuencia de las palabras extraídas de textos con no más de mil lexias, luego se diferenciaba entre palabra y vocablo (palabras diferentes), y las listas de frecuencia obtenidas daban a conocer los vocablos que se utilizaban, cuál era el que más se ocupaba y cuál era el menos usado. Se pueden distinguir dos tipos de léxico, que juntos forman el léxico fundamental de una lengua:
· El léxico básico: formado por las palabras que más se utilizan cotidianamente.
· El léxico disponible: formado por las palabras, que aunque no se utilicen con frecuencia, se recuerdan y utilizan de acuerdo al tema específico que se esté tratando.
Fue Michea (1953) el primero en separar palabras frecuentes (ó atemáticas) de palabras disponibles (ó temáticas). Las palabras frecuentes se pueden encontrar en cualquier texto con un número moderado de páginas y sin importar su contenido, como adjetivos, verbos y sustantivos comunes (ó nombres muy generales); en cambio las palabras disponibles se relacionan con cierto tema y son, en su mayoría, palabras concretas.
Para la obtención del léxico básico se trabaja con textos y con los parámetros de frecuencia y dispersión; el léxico disponible se obtiene a través de encuestas, donde por un estímulo se intenta que el informante actualice su lexicón mental, que según Emmorey y Fromkin (1988) es el “componente de la gramática que contiene información de las palabras necesarias para el hablante”, esta información de las palabras se ha obtenido mediante información fonológica, morfológica, sintáctica y semántica (significado o estructura conceptual, Jackendoff, 1990). Según Hall (1992) las palabras en el lexicón mental se adquieren y/o retienen en base a su pronunciación, ortografía, marco sintáctico y concepto ó significado de la palabra.
Para recaudar el léxico disponible de una comunidad de habla dada, desde hace un tiempo atrás, se preparan unos estímulos llamados centros de interés (alimentos, juego, profesiones, etc.) en torno a los cuales los sujetos de la muestra crearían unas listas de unidades léxicas para él en un tiempo determinado, sólo dos minutos por cada centro de interés. Experiencias como estas las encontramos en Saralegui (2008), donde se crea un diccionario de léxico disponible en la ciudad de Navarr, o en Ahumada (2006) donde se determina el léxico disponible de los estudiantes de la ciudad de Jaén. Con experiencias similares en Republica Dominicana (Alba,1995), Aragón (Arnal, 2004), Málaga (Ávila, 2006), Ceuta (Ayora,2004), Soria (Bartol, 2004), Las Palmas de Gran Canaria (Bellón, 2003), Río Piedras de Puerto Rico (Butrón, 1987), en la comunidad Valenciana (Casanova, 2006), en los estudiantes de Chile (Echeverría & Valencia, 1999).