Perfilado de sección

  • ADIESTRAMIENTO

    La decisión de compartir nuestras vivencias con un animal como el perro no siempre es tan sencilla como pudiera parecer. Las travesuras, el adiestramiento, siquiera básico, el cuidado e higiene y el tiempo que debemos dedicar a nuestro mejor amigo irracional son factores a contemplar con absoluta frialdad y cálculo, antes de optar por una elección precipitada.

    Aquellos hogares, sobre todo en las grandes ciudades, que acogen una familia más o menos grande, han de contar con la decisión unánime de todos los miembros familiares, de aceptar los "Pros" y "contras" inherentes a la posesión de un perro.

    Siempre han de considerarse muy seriamente los inconvenientes. Las ventajas se nos darán, por añadidura, con la lealtad, la fidelidad y el cariño incondicional de un ser vivo, inteligente y sumiso, que no regateará ni siquiera su vida en defensa de sus amos. No debe parecer que seamos reacios a tener un perro en la familia, ni mucho menos, sólo intentamos que no haya perros abandonados o rechazados por sus amos al poco tiempo de haberlos adquirido.

    El perro, sobre todo en la ciudad, requiere atenciones y tiempo. Se necesitan un par de horas, a lo largo del día, distribuidas en tres o cuatro veces, para que el animalito pueda salir a un parque o jardín a correr, gastar energías y, lógicamente, evacuar sus residuos fisiológicos.

    En la casa ha de existir un rincón con una cesta o colchoneta que sea el dormitorio de nuestro perro. Asimismo, deben dedicarse algunos minutos a la preparación del alimento y a la higiene del animalito. Un cachorro pequeño deberá efectuar de tres a cinco comidas diarias, según la edad, y bajar a la calle con mucha más frecuencia, para que se convierta en un ser limpio y ordenado.