3.2. Arquitectura Románica: La Fortaleza de Dios
3.2. Arquitectura Románica: La Fortaleza de Dios
El Románico, desarrollado entre los siglos XI y XII, es considerado el primer estilo verdaderamente internacional de la Europa medieval.
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Contexto y Características: Su difusión está ligada a la expansión de las órdenes monásticas, como la de Cluny, y a las grandes rutas de peregrinación, como el Camino de Santiago. Es una arquitectura que refleja una sociedad rural y teocéntrica, marcada por la inseguridad. Sus edificios, principalmente iglesias y monasterios, tienen un aspecto de fortaleza: muros de piedra gruesos y macizos, con pocas y pequeñas ventanas, lo que genera interiores oscuros que invitan al recogimiento y la oración.
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Elementos Estructurales: La principal preocupación del constructor románico era cubrir las naves con un material duradero y resistente al fuego como la piedra. Para ello, se recuperaron y utilizaron sistemáticamente técnicas romanas: el arco de medio punto y la bóveda de cañón. Esta última, pesada y maciza, genera enormes empujes laterales que deben ser contrarrestados por los gruesos muros y por contrafuertes adosados al exterior. La nave principal suele estar reforzada por arcos fajones que se apoyan en pilares compuestos.
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Tipologías: Las dos construcciones clave son la iglesia de peregrinación, que desarrolla una girola o deambulatorio alrededor del altar mayor para facilitar la circulación de los fieles y el acceso a las capillas radiales donde se veneraban las reliquias, y el monasterio, un complejo autosuficiente organizado en torno a un claustro, que funciona como centro de la vida monástica.