Sección 3: La Era de la Fe - Arquitectura Medieval
Perfilado de sección
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Tras la caída del Imperio Romano de Occidente, la arquitectura europea se reconfiguró bajo la influencia unificadora del cristianismo. Esta sección explora cómo la fe dio forma a nuevos estilos arquitectónicos, desde la adaptación de modelos romanos en la arquitectura paleocristiana y bizantina, pasando por la robustez simbólica del Románico, hasta la audaz búsqueda de la luz celestial en el Gótico.
3.1. Paleocristiano y Bizantino: La Herencia de Roma Cristianizada
Los primeros siglos del cristianismo y la división del Imperio Romano dieron lugar a dos tradiciones arquitectónicas distintas, pero ambas herederas del legado romano.
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Arquitectura Paleocristiana (Occidente, siglos III-VI): Durante el período de persecución, las primeras comunidades cristianas utilizaron lugares discretos para sus ritos y enterramientos. Las catacumbas, redes de galerías subterráneas, sirvieron principalmente como cementerios, decorados con una pintura simbólica y esquemática. Con la legalización del cristianismo mediante el Edicto de Milán (313 d.C.), surgió la necesidad de construir templos para albergar a grandes congregaciones. En lugar de adoptar el modelo del templo pagano, asociado a la idolatría, los cristianos adaptaron la basílica romana, un edificio civil multifuncional (mercado, tribunal). Su planta rectangular y alargada, con una nave central más alta y naves laterales, era ideal para las procesiones y enfocaba la atención en el altar, situado en el ábside. Esta planta longitudinal crea un recorrido simbólico, un camino físico que el fiel transita desde la entrada (el mundo profano) hasta el altar (lo sagrado), representando la peregrinación de la vida hacia la salvación.
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Arquitectura Bizantina (Oriente, siglos IV-XV): En el Imperio Romano de Oriente (Bizancio), la arquitectura se puso al servicio de un poder imperial que fusionaba la autoridad política y religiosa (cesaropapismo). El objetivo era crear espacios suntuosos que reflejaran la gloria de Dios y del emperador. La gran innovación bizantina fue el desarrollo de un sistema para cubrir un espacio de planta cuadrada con una gran cúpula circular, utilizando para la transición las pechinas (triángulos esféricos). La obra cumbre de esta tradición es la Iglesia de Santa Sofía en Constantinopla (actual Estambul), construida por los arquitectos Antemio de Tralles e Isidoro de Mileto en el siglo VI. Su inmensa cúpula, perforada por una corona de ventanas en la base, crea la impresión de "flotar" sobre el espacio central, generando un interior diáfano y luminoso que simboliza la cúpula celestial. Los interiores bizantinos se caracterizan por el uso de lujosos mosaicos con fondos dorados, que desmaterializan los muros y crean una atmósfera sobrenatural y divina.
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Dibuje un esquema simple de una sección transversal de una iglesia románica y una catedral gótica, uno al lado del otro. Identifique y etiquete los siguientes elementos en cada dibujo: arco (de medio punto u ojival), bóveda (de cañón o de crucería), muro, contrafuerte y arbotante (en el caso gótico). Añada flechas para indicar cómo se transmiten las cargas en cada sistema.
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Investigue sobre la Iglesia de Santa Sofía de Estambul. Participe en el foro respondiendo a la pregunta: ¿Por qué Santa Sofía fue una obra tan revolucionaria para su tiempo? Su discusión debe centrarse en su innovador sistema estructural (la cúpula sobre pechinas), su escala monumental y el efecto espacial de su interior.
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