4.2. El Barroco: El Arte de la Persuasión y el Movimiento
4.2. El Barroco: El Arte de la Persuasión y el Movimiento
El Barroco, surgido en la Roma del siglo XVII, es un estilo que utiliza el lenguaje clásico de una manera completamente nueva: dinámica, emocional y espectacular.
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Contexto y Objetivos: El Barroco es el arte de la Contrarreforma. Ante el avance del protestantismo, la Iglesia Católica empleó el arte y la arquitectura como una poderosa herramienta de propaganda para reafirmar su doctrina y su poder. El objetivo ya no es la serena armonía del Renacimiento, sino asombrar, emocionar y persuadir al fiel a través de la teatralidad, el drama y la exuberancia.
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Características Formales: El Barroco es la arquitectura del movimiento. Se abandonan las formas estáticas y se prefiere la línea curva y ondulante. Las fachadas se mueven, los muros se comban y las plantas adoptan formas complejas como la elipse. Se busca la integración de las artes: arquitectura, escultura y pintura se fusionan en un espectáculo total (Gesamtkunstwerk), a menudo utilizando ilusiones ópticas (trampantojos) para crear espacios infinitos. La luz se utiliza de forma dramática, creando fuertes contrastes de claroscuro para acentuar la emoción y el misterio.
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Arquitectos y Obras Clave: El Alto Barroco romano está definido por la genial rivalidad entre dos maestros:
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Gian Lorenzo Bernini: El gran escenógrafo del Barroco. Su obra es grandiosa y busca integrar la arquitectura en un entorno urbano teatral, como en la columnata de la Plaza de San Pedro en el Vaticano.
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Francesco Borromini: El arquitecto más innovador y audaz. Su obra se caracteriza por la complejidad geométrica, el uso de muros ondulantes y la creación de espacios dinámicos e inesperados, como en la iglesia de San Carlo alle Quattro Fontane. En Francia, el Barroco se adaptó a los fines de la monarquía absoluta de Luis XIV, desarrollando un estilo más contenido y clasicista, pero igualmente grandioso, cuyo máximo exponente es el Palacio de Versalles.
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